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Carla Subirana

Atma

Arbol y ojo - Carla Subirana
«Hay una curiosidad malsana en el modo en el que observa a una joven guerrera que se recupera de un percance, que despierta en el bosque, que empieza a desperezarse, que vuelve a poner su cuerpo en marcha, que resucita de una falsa muerte inesperada, como si los mundos cerrados de las demás películas se abrieran aquí a otro amanecer, a una luz cegadora, a un nuevo sentido del cine, que se reencuentra a sí mismo presto para la acción.

Tanto Subirana como Marín, tanto Galter como Cañas, tanto Velázquez como Azorín, ya son artistas “consagrados” aunque solo sea por una dos películas, conocidos y premiados: diríase que ya los tenemos siempre en mente al respecto.

Y sin embargo reaparecen ahora con películas que los reinventan, que los sitúan en el disparadero como si empezaran otra vez. Esta capacidad para reiniciar o cambiar temporalmente una trayectoria deberá contarse, pues, entre las habilidades de este cine español».

Carlos Losilla – Caimán cuadernos de Cine- Noviembre 2016-11-07

«La luz se filtra entre los árboles, el bosque amanece un nuevo día. La calma es interrumpida por una corneta y el sonido del galope de unos caballos alejándose.

Se escucha el jadeo fatigado que presenta la figura de una mujer abandonada; es el despertar de la guerrera. Tras Nadar (2008) y Volar (2012), Carla Subirana prosigue con la exploración de la guerra y su huella en la naturaleza humana.

El movimiento preside este cortometraje narrado a través del cuerpo de su heroína. La torpeza inicial de la protagonista, chocando contra los árboles y rodando por el suelo, es expresado con los movimientos bruscos y descoordinados de sus articulaciones.

Cuando prosigue desprenderse de su armadura, vemos su rostro y escuchamos una música que la acompaña en su proceso de liberación, deslizándose ahora, ya en armonía, por la naturaleza. Utilizando el término en sánscrito que da nombre a este relato, “atma”, y que remite al concepto de alma, la directora nos conduce a un final redentor donde el reconocimiento de las heridas representa la auténtica victoria».

Javier Rueda- Caimán cuadernos de Cine- Noviembre 2016-11-07

«Entre la narración y la performance, Carla Subirana traza una metáfora de empoderamiento a través de una guerrera herida que, tras librarse de la armadura, revive y se hace dueña de su cuerpo».

Sinopsis del catálogo del SEFF- Festival de Cine Europeo XIII